La estética de su reportaje fotográfico recuerda mucho a la de Velázquez, pues, según comenta el fotógrafo, la escasez de recursos que ya captaban pintores del siglo XVII aporta una gran riqueza de matices y de carga emocional. Esta falta de medios se debe a que Gonnord se ha especializado en fotografiar grupos en peligro de exclusión social. De hecho, entre sus instantáneas nos podemos encontrar la cara de un campesino en Galicia, de un negro que vive en Alabama, un gitano en Sevilla o de un minero de Asturias.
Pero en este reportaje fotográfico no solo aparecen personas poco conocidas (bajo las imágenes solo aparece el nombre de la persona, sin apellidos ni referencia geográfica alguna), pues David Delfín y Bimba Bosé también aparecen entre las fotografías. Ya sean o no conocidos, los rostros que nos miran desde las fotos de Gonnord nos hacen recordar que fuera de nuestra pequeña burbuja, de nuestros problemas cotidianos y de nuestra forma de vida pseudo-burguesa, hay todo un mundo de personas que miran la realidad de forma profunda y seria, intentando sobrevivir a ella.
El objetivo de las instantáneas que forman este reportaje fotográfico presentado en Madrid es tratar los rostros, las vidas y los problemas de forma universal, como parte de un mundo en el que todos y cada uno de nosotros intentamos sobrevivir, aunque en ocasiones nos cueste lo suyo.