Ahora los científicos tienen una ardua tarea por delante: analizar de forma pormenorizada un reportaje fotográfico sobre unas piedras que no pueden tocar ni meter en el laboratorio; toda la investigación se basa en las fotografías de un robot sacadas a miles de kilómetros de nuestro entrañable hogar.
Según la forma que se ha podido observar en las piedras del reportaje fotográfico, el agua no podía tener una profundidad menor a la altura del tobillo (e incluso estiman que podría llegar a la zona de la cadera) y corría a una velocidad de, aproximadamente, 3 pies (unos 90 cm) por segundo.
El lugar donde se han encontrado estas rocas y donde se llevó a cabo este reportaje fotográfico por parte del Curiosity es entre la base del monte Sharp y el norte del cráter Gale, ambos partes del relieve marciano. No sabemos en qué se basarán los científicos para poner nombre a los diferentes accidentes geográficos del planeta rojo, la cuestión es que tienen Marte completamente definido con nombres en montañas, acantilados y valles.
Las repercusiones de este reportaje fotográfico que prueba la existencia de una cantidad considerable de agua son inmensas, pues el líquido elemento es la base de todas las reacciones metabólicas de los organismos vivos. ¿Hubo vida en Marte?